Mi abuelo tiene Alzheimer.
Todo empezó un día, cuando mi abuelo se perdió por las calles de Madrid. Los últimos meses le notábamos raro, había empezado a olvidar cosas como fechas, nombres, etc. Esto sólo le sucedía en algunas ocasiones, pero mi madre, que es enfermera, comenzó a preocuparse, así que habló con los médicos de geriatría de su hospital .Por desgracia, le diagnosticaron Alzheimer. Mi abuela, mis tíos, mi madre... lo pasaron muy mal. Buscaron información y acudieron a AFALcontigo, donde mi abuelo hacía ejercicios de memoria. Durante los primeros años el avance de la enfermedad fue muy lento.
Era un señor muy culto y cariñoso, simpático, hablaba mucho con la gente, jugaba mucho con nosotras y nos hacía reír. Pero desde que le detectaron la enfermedad ha cambiado mucho, ya casi no vocaliza, no se le entiende cuando habla, y él no me entiende a mí, es como si oyera y no me escuchara. En ocasiones se vuelve un poco agresivo sin saber por qué, es una enfermedad muy difícil para él y para todos. Todavía nos reconoce, pero sé que llegará un día en que me olvidará a mí y a las personas que le rodean. No quiero que llegue ese día, espero que sea dentro de mucho tiempo.
Ya no se acuerda de cosas recientes, pero sí de su juventud y de su infancia. La gente no se imagina lo que supone esta enfermedad hasta que la vive, pensamos que los problemas sólo les ocurren a los demás y no a nosotros.
Al principio, cuando mi madre me lo contó, no pensaba que esto podía ocurrir, pero ahora me doy cuenta de que estaba equivocada. Hoy sólo quiero que mi abuelo me siga recordando.
Qué duro testimonio... mucho ánimo a esta familia!
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